La córnea es un tejido transparente de aproximadamente 12 milímetros de diámetro, de forma semiesférica ubicado en la parte anterior del ojo. No posee arterias ni venas. Sobre ella se deslizan los párpados al abrir y cerrar los ojos.
Es la lente más potente del sistema óptico humano. La córnea funciona como una ventana protectora y refractiva. A través de ella y del cristalino pasan la luz y los colores haciendo foco finalmente en la retina. Luego, las imágenes se transfieren por el nervio óptico hacia el cerebro, produciendo la visión.
Si la córnea no tiene la forma y transparencia adecuada, se hace imposible transmitir a la retina la información correcta.
Las alteraciones más frecuentes (opacidades e irregularidades) pueden producirse en consecuencia de:
Como resultado de todo ello, la única forma de reestablecer la visión es reemplazar la córnea enferma por una donante.
El transplante de córnea está indicado cuando el resto de las estructuras del ojo (nervio óptico, retina, presión ocular) son normales.
Si usted decide hacerse un transplante de córnea, deberá proceder de la siguiente manera: