Para entender qué se pretende con la cirugía, es necesario comprender cómo trabaja el ojo.
El ojo funciona casi igual que una cámara fotográfica. El ojo es como una cámara oscura con un sistema óptico, un pequeño orificio anterior por donde entra la luz y un elemento receptor en el fondo que es la retina y que actúa como la película de la cámara fotográfica. Allí se forman las imágenes que luego son transportadas al cerebro por impulsos eléctricos. Para ver claramente, la luz debe enfocar exactamente en la retina. Cuando, por alteraciones en la forma del ojo, la luz no enfoca exactamente en la retina, tenemos un vicio o defecto de refracción. Es decir, son ojos que pueden ser completamente sanos pero que ven mal porque están desenfocados.
Los principales defectos de refracción son: la Miopía , la Hipermetropía y el Astigmatismo.
Técnica Lasik: Queratomileusis In-Situ con Láser ofrece varios beneficios en comparación con otras formas de corrección de la visión, debido a que se realiza bajo la protección de una capa de tejido.
Como resultado de esto, es menor la cantidad de tejido superficial a cicatrizar, menor riesgo de empañamiento de la córnea y menor malestar postoperatorio.
Durante el procedimiento, en muy pocos segundos una luz ultravioleta y pulsos de alto poder del Láser Excimer tallan el interior de la córnea. Ajustando el patrón del rayo láser es posible tratar moderados y bajos niveles de miopía, astigmatismo e hipermetropía.
Después que el tejido ha sido corregido, la lámina corneal se coloca de vuelta en su posición original. Debido a la extraordinaria cualidad natural de la córnea para adherirse, no se requieren puntos de sutura.
El procedimiento completo toma no más de 15 minutos. Algunos pacientes reportan sensación de cuerpo extraño, lagrimeo y molestias a la luz posterior a la operación, lo cual puede ser normalmente aliviado con medicamentos (analgésicos).
La mejoría visual comienza desde el primer día. La mayo – ría de los pacientes regresan a sus actividades normales en uno o dos días.
Técnica PRK: En algunos casos se utiliza solamente el Láser sin realizar el corte previo de la lámina corneal. Esta cirugía se denomina PRK, donde las pulsaciones de luz ultravioleta y de alta energía que duran sólo billonésimas de segundo, sacan tejido de la superficie de la córnea. Esto permite que los rayos de luz se enfoquen directamente en la retina. La cantidad de tejido que se extrae es determinado por la cantidad del defecto óptico a corregir. En los casos indicados, el resultado a los 3 meses es igual al método Lasik.
La única diferencia entre ambos es que el PRK genera molestias más intensas en las primeras 48 horas y la recuperación visual es más lenta.
Durante las primeras seis semanas es beneficioso esforzar la visión para lograr la adaptación de su nueva corrección. En ambos casos, el paciente debe cuidarse aproximadamente por tres semanas de no realizar ejercicios físicos grupales donde pueda correr el riesgo de golpearse el ojo operado.
Es importante que usted tenga expectativas realistas y que su decisión esté basada en hechos, no en concepciones equivocadas. La meta del Lasik o PRK es reducir su dependencia de lentes correctores.
Con la cirugía refractiva se trata de obtener la mejor agudeza posible sin anteojos. Según la edad, los pacientes pueden continuar necesitando un par de anteojos de lectura o esfuerzos de lejos, pero sólo para algunas tareas puntuales.
Tampoco existen inconvenientes en reoperar a los pacientes, ya sea para corregir un resultado que en primera instancia no produjo totalmente la mejoría deseada o para el hipotético caso en que, con el tiempo, se modifique el resultado.